"La Competencia de la Berlinale de este año refleja el mundo tal como es", dijo el Director del Festival Dieter Kosslick en el lanzamiento del programa. "Y el mundo es complejo, complejo, pero también emocionante". 

Como la última película de la competencia, Kosslick anunció el drama de asesinato noruego UTØYA JULY 22 de Erik Poppe. En 2011, el extremista de extrema derecha Anders Breivik mató a 77 personas en la isla del mismo nombre.

Uno de los cuatro candidatos alemanes al Oso Dorado es TRANSIT de Christian Petzold, con Franz Rogowski y Paula Beer. Basado en la novela autobiográfica de Anna Seghers y trata de escritores en el exilio durante la era Nazi. El director Thomas Stuber cuenta en el drama de amor IN DEN GÄNGEN sobre la relación entre dos personas que se encuentran del lado perdedores. Protagonizan Franz Rogowski y Sandra Hüller. 3 DÍAS EN QUIBERON, drama de Emily Atef, retrata la vida de la actriz Romy Schneider y cuenta con distinguidos actores como Marie Bäumer, Birgit Minichmayr y Charly Hübner. El cuarto candidato alemán es el drama familiar MEIN BRUDER HEIßT ROBERT UND IST EIN IDIOT de Philip Groening, con Josef Mattes y Julia Zange.

En el programa de competición también se encuentram DOVLATOV, del director ruso Alexey German Jr (UNDER ELECTRIC CLOUDS) y FIGLIA MIA de Laura Bispuri (SWORN VIRGIN). La cineasta polaca Malgorzata Szumowska (BODY) estrena su nueva película TWARZ (MUG).

Compleja la selección, con temáticas específicas, de contextos y géneros diversos. Sin embargo, hay quienes terminan mareados ante la celeridad del desfile, emociones fugaces y tantas verdades en cada cuadro por segundo. Frédéric Jaeger, presidente de la Asociación Alemana de la Crítica de Cine y editor de la revista critic.de, lamenta en la Berliner-Zeitung que ante la diversidad de soportes mediáticos y la fugacidad de la mirada, un festival en lugar de asegurarse cubriéndolo todo y mostrando lo más reciente en lugar de lo mejor, debería provocar en lugar de convertirse en rutina. Jaeger refiere al festival de Toronto y plantea que una película sobre el escándalo mundial de la industria automotriz y los motores diésel habría hecho falta este año, y –mejor aún– gracias al auspicio de Audi, por dar un ejemplo.